ANÉCDOTAS CURIOSAS DE MARSSELLA

Por DIEGO FRANCO V.

Es bueno aprovechar publicaciones como ésta para recordar algunos de los aspectos históricos de nuestras gentes hoy casi olvidados• De la primera Monografía de Marsella y de la misma tradición podemos referir lo siguientes

SOBRE LA LUZ ELECTRICA Este avance científico no  se conoció en el viejo Marsella hasta mediados del  año de 1.916. Hasta ese mo mentó el alumbrado se ha­cía con lámparas de petróleo que colgaban en las esquinas de la plaza principal las cuales se encendían, principalmente los sábados el por un señor llamado Climaco Arango. Se apagaban aproximadamente a las 10 de la noche cuando el com bustible se acababa.

Es de suponer que en ese  momento no había «un alma» en la calle.

La vida nocturna, seguramente comenzó con la llegada de la planta eléctrica de «Las Mercedes alimentada con agua de la quebrada de La Nona, instalada por un señor llamado Genaro Mejía.

El cuento aquél de que «ese pueblo es tan triste que “el último que se acuesta apaga la luz» seguramente fue cierto en el Marsella de ayer pues ha de entenderse que los insumos eléctricos, especialmente los bombillos, eran escasos y caros. Un bombillo fundido podía significar oscuridades interminables. Téngase en cuenta que el comercio para la época se realizaba con Manizales que quedaba a uno o dos días de viaje a pié o a caballo pues no había carreteras..

Razón tenía don Emilio Hoyos cuando se le preguntaba si quedaba muy lejos la ciudad. Eso está a tabaco y medio mijo.. ¡y no pregunte másI .

Por DIEGO FRANCO V.

Es bueno aprovechar publicaciones como ésta para recordar algunos de los aspectos históricos de nuestras gentes hoy casi olvidados• De la primera Monografía de Marsella y de la misma tradición podemos referir lo siguientes

SOBRE LA LUZ ELECTRICA Este avance científico no  se conoció en el viejo Marsella hasta mediados del  año de 1.916. Hasta ese mo mentó el alumbrado se ha­cía con lámparas de petróleo que colgaban en las esquinas de la plaza principal las cuales se encendían, principalmente los sábados el por un señor llamado Climaco Arango. Se apagaban aproximadamente a las 10 de la noche cuando el com bustible se acababa.

Es de suponer que en ese  momento no había «un alma» en la calle.

La vida nocturna, seguramente comenzó con la llegada de la planta eléctrica de «Las Mercedes alimentada con agua de la quebrada de La Nona, instalada por un señor llamado Genaro Mejía.

El cuento aquél de que «ese pueblo es tan triste que “el último que se acuesta apaga la luz» seguramente fue cierto en el Marsella de ayer pues ha de entenderse que los insumos eléctricos, especialmente los bombillos, eran escasos y caros. Un bombillo fundido podía significar oscuridades interminables. Téngase en cuenta que el comercio para la época se realizaba con Manizales que quedaba a uno o dos días de viaje a pié o a caballo pues no había carreteras..

Razón tenía don Emilio Hoyos cuando se le preguntaba si quedaba muy lejos la ciudad. Eso está a tabaco y medio mijo.. ¡y no pregunte más.

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