Por Diego Franco Valencia ,para “Marsella al Día”
Para los pobladores del Marsella de hoy existen nombres de ciertos sitios que no revisten ningún significado especial Es más. poco se preocupan por saber la razón del nombre dado a algunos lugares y calles que, a fuerza de prevalecer en el tiempo, han soportado cambios amañados o caprichosos pero que. históricamente, significaron algo para los viejos pobladores o diseñadores del entorno urbanístico y hasta para los gobernantes
Empecemos, entonces, por la Plaza principal Siempre se ha llamado Plaza de Bolívar, desde que don Juan Pío Ocampo, uno de los primeros ciudadanos del lugar, dirigió los banqueos, en el mismo sitio donde don Pedro Pineda llegó con su familia para fundar el pueblo Era la colma principal, con buena divisa», sitio protegido de los vientos del Rio San Francisco y del rio Cauca que abanicaban las colmas del Sinai y Mil Ochenta. Bolívar era nuestro «libertador’ y así, pueblo paisa que se respete tiene bautizado su lugar central con el nombre del procer. Después se hizo allí el parque, «la antesala del pueblo» como solía llamarse al lugar, obra iniciada en 1916 y concluida hacia 1918 El sitio merecía un nombre y cuál otro mejor que el de «La Pola», una de las mártires de la Revolución.
Comunera, cuyo nombre de pila era Policarpa Salavarrieta. Así. dos próceres eran recordados, con honor, en sitios claves urbanos Miremos a la colma occidental .Qué mejor nombre que «Sinai», colma tutelar de un pueblo cristiano, cuyo nombre emulaba el lugar donde Moisés, hace más de tres mil años, recibió las «Tablas de la Ley» .A un lado Mil Ochenta», finca comprada hacia 1910 por Gregorio Ramírez, en la suma de mil ochenta pesos, incluidos los gastos de escrituración Más abajo. San Vicente, barrio construido por Monseñor Estrada hacia 1940. para albergar familias pobres y sobre todo, carentes de padres cabeza de familia San Vicente de Paúl es el patrono de la caridad y apóstol de los desvalidos En el asiento, el pueblo pequeño, de escasas calles que. algún día. tuvieron nombres como Sucre. Paez. Zea. José María Córdova. Ricaurte. etc. «Alto Cielo», es la otra colina que hace terrenal el lugar a donde todos llegaremos si «nos portamos bien en esta vida». Estas calles de Dios si que han disfrutado de nombres coloquiales y pintorescos «La Calle Real», que no tiene sino dos cuadras, remeda el nombre de las calles principales de los poblados construidos en la Colonia Nombre remedado por los paisas, para aplicarlo a la calle principal o «calle del comercio». Por aquí no ha pasado ningún rey» que yo conozca, al menos aquellos «pequeños reyes» que. a veces, se pavonean para atraer los encantos femeninos o para demostrar su poderío en carros de último modelo y en finas bestias, que más tarde serán simples «chatarras» o «gomosos», sin veterinarios que los salve «La vanidad de nada sirve», aseguraba mis abuelo, cuando refería esta frase de filósofo marrón, emulador de Séneca y de Diógenes .De la calle real, se sabe que. en sus inicios, se llamó Calle de Marmato. cuando era poblada por mineros seguramente provenientes de este pueblo Caldense y que habitaban en pequeñas casas de techos de paja .La Calle de Chapinero. a la que ya hemos hecho alusión del nombre dado por el ex alcalde Juan Pió Ocampo. algún día se denominó «Calle del Gus (un gus. no es más que un gallinazo). En otrora fue lugar de basuras y de escombros y esos gualos eran la fauna propia del sitio La calle trasera de la iglesia (hoy calle 19). se llamó «calle del Canal ‘, gracias a que al concluir su apertura, hacia inicios de los años 1900. permitió canalizar las aguas lluvias para que no dañaran los trabajos iniciales de la plaza principal. Por allí se bajaba hacia la «calle Sacatín» o de la Pelona» que va por el frente del Instituto Estrada hacia el Barrio Buenos Aires (por estos lares siempre ha soplado sabroso y dicen que a quienes se establecen por la zona, «buenos aires los cobijan») Lo de «Sacatín», porque allí hubo un establecimiento donde se producía, clandestinamente, aguardiente Era el «chirrincho» de los años 30’ Lo de «la pelona», se lo dejo a los curiosos para que lo averigüen «La Calle de la Pista», se extiende desde el Hospital hasta el Cementerio. Era la pista de carreras de caballos, extinguidas hacia los años setenta del siglo pasado, donde surgieron figuras como Ornar Vélez. Luis Eduardo Gómez (Cantarína). Jairo Luna, Evaristo Arango. Rodrigo y Duber Gómez (Papimano). N. Cataño. «Bimbarita», y otros muchachos jinetes .»La Pista . era el hipódromo y los personajes mencionados, para ser más refinados, fueron los «jockeys» de la aldea. La calle del Congal (bordeada de matas de Congo, materia prima para envolver los tamales), marcaba la salida por el Camino Real hacia Manizales – hoy «el Paraíso»- y la «calle Carangal comunicaba a «Hoyo Frío» con la zona de la Virgen, en la salida hacia Pereira. hasta las cercanías de San Luis, camino obligado hacia Palermo y las Tazas Hoyo frió se comunicaba con la plaza por «la Calle de la Agonía». hoy convertida en peatonal. «La calle de la Ramona», que pasaba por la quebrada donde lavaba ropa Doña Ramona Londoño. unía la «Plazuela», con la calle larga de «La Rioja». sitio de cantinas y cafetines, donde parroquianos y visitantes se tomaban los últimos tragos, después de bajar del «Morro», antes de llegar a casa o de emprender el camino hacia Manizales. Todo ello, después de haber disfrutado de un «pueblo encantador», habitado por gente amable, hospitalaria y conversadora Una aldea simple y encantadora, enmarcada por unas calles pobladas de recuerdos y de nombres pintorescos