ARNOLDO RIVERA HERNANDEZ

El día  sábado 28 de septiembre del año 2013, a las 4 de la tarde, en la casa de la Cultura,   se hizo el lanzamiento de las creaciones literarias  del profesor Arnoldo Rivera Hernández: “El Hijo de Satán”, ”Los Desheredados”, ”Luz y Tiempo”. ;igualmente se realizó un recital de poemas del autor y de otros autores marselleses como Hernán Herrera Rivera.

Un conjunto musical interpreto las canciones compuestas  por el profesor Rivera.

Rivera Hernández, estudió Ciencias Sociales en la Universidad La Gran Colombia, laboró en varias

instituciones educativas en la Ciudad De Pereira, Bogotá, Cali y en Pacho, Cundinamarca. En calidad de

Rector del Colegio Santo Domingo Savio del Municipio de Balboa, Risaralda, cumplió con su ciclo

pedagógico, retirándose para dedicarse a la escritura novelística, el cuento, la poesía y la música.

 

REMEMEBRANZAS

 

En Villa Rica de Segovia,

la primera fosa abierta

 para  Escolástico García fue;

los tragos que bebió,

no los pagó,

el cantinero muerte le dio.

 

 

 

El segundo que murió,

 Rosendo Pineda fue;

el homicida, una puñalada  le dio

y la muerte le causó.

 

 

Un tal Grillo,

al fundador extorsionaba;

don Pedro Pineda,

aguardiente traficaba,

el chantajista, con un solar

del fundador se quedaba. 

 

Arnoldo Rivera Hernández

PUEBLO DE INSPIRACIÓN

 

Con alpargatas, carriel, escapulario,

solo, hacha y machete cargaron,

en titánica lucha paisa a

Villa Rica de Segovia fundaron.

 

Casas, ranchos de bahareque levantaron,

tardes de soles ardientes

y  noches frías en ellas se refugiaban;

alcaldía, escuela y templo construyeron,

antioqueños en tierra de Quimbayas

colonizaban.

 

El monte carne les daba

de animal montañés;

del Cauca y San Francisco

y del rio Otún,

el pescado plateado atrapaban.

 

Trochas y caminos los fundadores abrieron

otras aldeas y pueblos conocieron,

comercio con ellos hicieron.

 

 

Paisas y extranjeros,

De la quebrada  el Socavón oro sacaron;

en los cimientos del pueblo fundado,

hay oro, como si fuera la leyenda

del Dorado.

 

Los abuelos, cuando niños jugaron:

  a  las canicas, la lleva, el yoyo,

 el trompo,  el tun tun y el valero.

 

Con cáscaras de banano, naranja,

y con pelota de trapo,

a pata limpia

la veintiuna jugaron.

 

Fútbol compitieron:

en el patio de la escuela,

en la plazoleta y

en la manga de Santo Gil.

 

En las noches de luna

Los enamorados,

kilómetros andaban

 vitrola,  tiple y guitarra cargaban

a las doncellas enamoradas,

serenatas les llevaban:

 bambucos, pasillos y

valses le cantaban.

 

Hombres cargueros hubo,

por caminos empinados

y  cañadas profundas atravesaban,

en su espalda anchurosa

la silla cargaba,

 el paciente al pueblo llevaba,

 al boticario o al yerbatero buscaban.

 

De  nuestra niñez,

días memorables quedaron:

Primera Comunión,  Semana Santa,

fiestas religiosas: El Sagrado Corazón y La Inmaculada;

las procesiones pasaban,

por el parque y la Calle Real;

la feligresía con fe y gran veneración rezaban.

 

Por el camino a la Aurora,

niños desfilando

iban y regresaban para el encierro

de la vaca y el ternero.

 

Cabalgatas y carreras hacían;

en La Pista carreras de caballos apostaban,

y los brutos desaforados corrían;

para los apostadores: era  ganar o perder.

 

Juntábanse,  carnicero y vaquero

poncho o con trapo rojo,

al novillo de estampa fiera toreaban,

llevándolo  al matadero:

así, era el cacheo,

que  ellos realizaban

en ciertas calles del pueblo.

 

Hubo hombres –machos

 y  duelistas fueron:

con cuchillo, machete y revólver,

en buena lid lucharon.

 

En tiempo lejano,

las calles eran empedradas,

 los caminos  secos y polvorientos,

de las veredas

de nuestro querido pueblo

quedaron bañados

con sangre goda y cachiporra;

violencia, de los intolerantes

que agitaron a nuestra nación.

 

Una Nube Luminosa inspiró:

a Célimo Zuluaga, a Tomás Issa,

 y Armando Santacoloma

con sabiduría guiaron

a la juventud Marsellesa;

Fabio Vásquez  Botero,

Tribuno grecolatino fue;

 en el Alto Cauca nació,

La gobernación de Risaralda ocupó.

 

Fabio Rivera Vásquez,

Desde el Pajuí a Roma fue;

la Ciudad Eterna

Teólogo le consagró.

Manuel Salazar,

árboles frondosos sembró,

a la tierra de Marsella enriqueció.

 

En Cantadelicia

el silencio de la noche,

con nubes blancas en el amanecer,

las musas a Pedro Gómez Duque

iluminaban;

en su ensonación escribió:

CANTO A MI PATRIA,

 EL ENTIERRO DEL ABUELO,

SI TE VAS QUE ME DEJAA

y OJOS QUE ILUMINAN.

 

Los días y los años pasan,

hoy en honor a su memoria

su amigo insigne cantor:

Tobías Vanegas

las canta cada día.

 

Julio Ernesto Marulanda,

hombre cívico por naturaleza tenia;

 fue lumen de honradez

 y filantropía.  

 

En nuestro terruño,

arrieros verracos hubo;

con su lucha diaria,

al Paisaje Cafetero enriquecieron.

ellos, con su estampa varonil,

así, murieron.

 

Dios, grandes dones dio

a Marsella:

Casa de la Cultura,

 es patrimonio nacional,

tiene corredores de estilo colonial;

cuna de artistas,

folcloristas, músicos,

pintores y poetas,

están llenos de alma espiritual.

 

Jardín Botánico:

cerro protegido

por árboles florecidos;

cubre su espacio

de aire puro,

del rigor del tiempo contaminado

y la paloma torcaz

en el frondoso árbol

hace su nido.

 

La Iglesia con elevadas torres,

cubre la Imagen del Redentor;

goza de altar gótico,

lleno de esperanza, luz

y  amor.

 

El Cementerio, lugar silencioso

Y sagrado;

goza de hermosísimas escalinatas,

los amantes de su pueblo, al morir

allí, desean descansar.

Una luz nueva iluminó nuestra tierra:

Marsellesas de empecinada belleza,

llenas de amor y dulzura;

fueron semilla de abuelas:

mujeres, esposas y madres ejemplares,

disfrutaron un espíritu

lleno de paz interior.

 

Hombres privilegiados tuvo y

tiene esta tierra:

iluminan con sus cantos y poemas,

con lenguaje figurado y metafórico.

 

Escritores con sus  expresiones vuelan

en el centenario de sus abuelos.

Compositores, escriben con una visión cosmológica;

cantar al amor, a la vida, a los desengaños,

 es debilidad del ser humano;

 cobijados con la sombra de la muerte,

su alma está escondida

en el recuerdo de su infancia.

 

Pintores, hacen renacer la naturaleza

con sus pinceladas marcadas en el lienzo;

su mente sigue iluminada

y guía su brocha libertaria.

Profesionales de diferente gama,

tiene nuestra población,

gracias, a sus padres y maestros,

los guiaron en el camino de la superación.

 

Deportistas nuestro pueblo

ha tenido,

en certámenes deportivos

han sobresalido,

paradigma de la juventud

han sido.

 

Grupo ecológico tiene

nuestra población:

ellos, luchan para

los bosques conservar;

para que los ríos

y quebradas no las vayan a contaminar.

 

Marsella agradecida vive

de  sus hijos labriegos,

con sus manos encallecidas

siembran las plantas con amor;

cuidan los cafetos verdes,

adornados de flores blancas,

nacen en granos de esmeralda;

cambiados en botones de carmesí.

 

Ingratos e indiferentes

hijos, Marsella tiene:

seducidos por el consumismo

y el modernismo están,

Valores y Principios han marchitado;

son mandatos arcaicos,

para los soberbios de hoy,

los envanecidos manifiestan:

eran preceptos del pasado,

las alpargatas, carriel,

mulera y escapulario  

 para los primitivos montañeros reliquias fueron.

 

La generación nueva

a fundadores y algunos abuelos,

olvidados los tienen,

sus cenizas o sus huesos,

no reposan en el cementerio.

 

ARNOLDO RIVERA HERNÁNDEZ

PEREIRA 14-08-2017

 

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