a. Historia de las fiestas
Las fiestas de la Amistad. “Recuerdos del Civismo y un sentimiento de tiempos idos”
Por Diego Franco Valencia
Las fiestas de Marsella, como las de cualquiera de nuestros pueblos, surgieron como una necesidad sociológica de sus habitantes de finales del siglo diez y nueve. Después de un largo período de trabajos en la tierra y en las minas, era necesario darle campo al esparcimiento y propiciar espacios para dar «libertad del espíritu» y disfrutar de la compañía de los vecinos, para contar anécdotas, compartir sueños y hacer amistad. No poseemos historia que nos afirme cual fue la primera fiesta comunitaria de Segovia, pero, seguramente, esta surgió de la idea de algún parroquiano o grupo de amigos que quiso extender la alegría de la cantina del pueblo a los demás vecinos. Sucede que allí se fraguaron las amistades más estrechas y, sin lugar a dudas, las intenciones de procurar la integración comunitaria, con el ánimo de emprender muchas obras de interés común.
Surgieron, a base de «convites», obras de vital trascendencia para el desarrollo local. El «banqueo» para construir la plaza, edificar la iglesia, abrir las calles, levantar el hospital, la primera escuela y el primer colegio, edificar el cementerio, canalizar el acueducto y hacer realizable la red de alcantarillado o procurar la dotación de energía eléctrica y otras obras que, aunque parezcan menores, conforman la estructura física de un pueblo y un municipio que debía irse «para adelante» y no quedarse como la «aldea» de los primeros años subsiguientes a 1860, año de su fundación.
Nos parece ver al pie del «lembo» (árbol gigante, a que se refería doña Valeria Pineda, una de las primeras pobladoras, en su entrevista con el historiador Célimo Zuluaga, ubicado en la mitad de la plaza, a los varones y damas que se atrevieron a hacer civismo, en torno de un improvisado fogón de leña y una olla comunitaria, mientras cantores e intérpretes de guitarras y tiples amenizaban el ambiente.
Así debió ser, en este «paisaje imaginario» donde se dio nacencia al civismo y a sus plausibles efectos. No faltarían en el sitio personajes como Pedro Pineda, Nicasio López, Justo Bedoya y Valeria (primer matrimonio celebrado en la aldea), José Bedoya, con su esposa Estanislada, Félix Toro y su esposa Juana María y otros miembros de las familias fundadoras, Juan Crisóstomo Bedoya, el primer juez, Manuel Ángel, quien después sería el primer Alcalde y Juan Pío Ocampo, Ramón Zafra (primer Notario) y Julio Vélez (el poeta) y Leonidas López (médico y poeta), El Padre Estrada, «el padre de la modernidad», referido así por alguno de mis informantes dado que, gracias a la cristalización de sus ideas, el poblado logró el desarrollo que requería para abrirse paso a la modernidad. Niñas estarían Delia Álvarez R., nuestra primera reina y Esther Hincapié de Uribe (de las primeras maestras). Los nombres son y deben ser más, pero hago esta referencia para significar que nuestra tradición de pueblo cívico y acogedor data de años ha. Esta es una «misión» que debe alimentar nuestra juventud en las escuelas y colegios, y, ante todo, en el hogar, lugar irremplazable para formar ciudadanos.
Conocimos, entonces, las fiestas de Marsella, en una edad intermedia, cuando los citadinos conformaban comités de civismo, ante todo, para recaudar fondos en pro de obras sociales o humanitarias: reconstrucción de templos y escuelas, dar vida al ancianato o viabilizar la adquisición de la «zona de reserva forestal» y modernizar el acueducto. Obras de inmenso valor que nos garantizan tener agua potable, por mucho tiempo.
Las primeras fiestas fueron desfiles de la tradicional “familia Castañeda” que hacía don Celimo Zuluaga en la década del 50
Esas fiestas de «Gitanos y Andaluces», «Orquídeas y Hortensias», «Paisas y Cafeteros», «Fuentes y Manantiales», (nombres telúricos ideados por Tomás Issa y otros líderes), tuvieron otros actores, no menos valiosos y significativos: Gustavo Aristizabal, Campo Elías Ramos, Adalgiza Restrepo de Bedoya, Carlos Arturo López, Mario Marulanda, Diego Agudelo y Germán Salazar (los Alcaldes), Carolina Castaño de Posada, Inés Duque de Hoyos, Ana Chica de Toro (Doña Anita), Pedro León, Alfonso y Manuel Salazar Echeverry, Conrado, Pedro y Melba Gómez Duque, las hermanas Yolanda y Gloria Giraldo, el mismo Don Tomás y sus hermanas; doña Marina Gutiérrez, su esposa, Luis Fernando Carmona Ossa (el dinamizador), entre otros inolvidables que hicieron posible la siembra y fertilizaron de un terreno ideal, donde sigue germinando la posibilidad de «hacer patria», mediante un civismo ya marchito, que necesita fortalecerse siempre y, sobre todo, en estas y futuras «fiestas de la Amistad», bautizadas así por Miguel Ángel Echeverry, ideólogo del decreto que las instituyó hacia 1972, siendo secretario de Gobierno Municipal y durante la administración como alcalde del señor Gustavo Aristizabal.
A estos y otros personajes que, por olvido y falta de espacio no hemos citado, unas infinitas gracias por su legado y un profundo reconocimiento.
A muchos de ellos que Dios los tenga en la gloria y a los que podemos vivirlas, que nos cuide en estas fiestas.
b. Fiestas y efemérides
Las fiestas tradicionales en el municipio reconocen de una parte la celebración aniversaria de su fundación fijando como fechas del 17 al 20 de julio y en ellas se resalta la serenata de amor a Marsella, la condecoración “Orden de los Fundadores” como la máxima distinción que se impone el 18 de julio por intermedio del Concejo Municipal a la persona o institución como reconocimiento a su labor social.
A partir del año 2.001 se celebra “El Día de la Identidad Marsellesa”, una iniciativa del sector educativo, teniendo como fecha anual el primer viernes del mes de noviembre.
Durante los últimos 37 años, en el mes de noviembre se cumplen las “Fiestas de la Amistad” siendo señaladas como las más representativas de la comunidad y un atractivo turístico para la región y el país en general.
Dentro de la programación de Las Fiestas de la Amistad se hace El Desfile de la Patria. El primer desfile de la patria se realizó el sábado 10 de noviembre de 1984, y tuvieron como base los trajes típicos de cada departamento; se registraron 32 instituciones entre educativas, oficiales y cívicas. La iniciativa partió de Tomas Issa A. evocando los desfiles de la familia Castañeda en los años 50 organizada por Celimo Zuluaga. Este primer desfile fue utilizado para calificar el concurso de comparsas de la segunda minga por la cultura y el deporte organizada por la Casa de la Cultura
Entre el 29 de noviembre y el 8 de diciembre la parroquia municipal celebra las fiestas patronales en honor a la Virgen La Inmaculada Concepción.
De igual manera la comunidad participa en la fiesta de las velitas los días 7 y 8 de diciembre, las novenas y alumbrado navideño y el desfile de muñecos el 31 de diciembre como despedida del año viejo.