UNIDAD 6. GEOGRAFÍA DE MI MUNICIPIO

a.Localización

En términos generales Marsella está ubicado sobre una colina que se desprende de la cordillera central, colina que se bifurca en dirección hacia el oriente pasando por el Alto de la Pereza, en la vereda de Valencia, cruzando la montaña de Don Berna, lugar predilecto de don Tomás Issa para desarrollar con sus estudiantes las prácticas de taxonomía, encontrando en el recorrido la montaña de La Ermita y la zona de reserva forestal hasta el Alto del Nudo, en este recorrido se encuentran los límites con los municipios de Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal; la otra rama sigue en dirección hacia el occidente, desde el Alto del Nudo, pasando por el Alto de la Convención, El Cestillo, San Roque, La Escalera hasta caer en las veredas el Guayabo y Estación Pereira, en la confluencia del río Otún en el río Cauca, en este recorrido se encuentran los límites con la Virginia en el departamento de Risaralda y Belalcázar en el departamento de Caldas.

El municipio se encuentra localizado entre los 4 grados y 32 minutos de latitud norte y los 39 grados y 56 minutos de longitud occidental establecidos por el meridiano de Bogotá. Su temperatura promedio es de 19 grados centígrados en la cabecera municipal, aunque ella varía desde el clima cálido a orillas de los ríos Cauca y San Francisco hasta el clima frío en las zonas aledañas a la zona de reserva forestal y la serranía del Nudo. El territorio tiene una superficie de 149 kilómetros cuadrados.

b.  Delimitación geográfica

 

Los límites fijados por la Asamblea del Cauca que creó el Municipio de Segovia, son los siguientes : de los nacimientos del río San Francisco, siguiendo río abajo y lindando con el municipio de Santa Rosa de Cabal hasta su desembocadura en el río Cauca, éste hasta la desembocadura del río Otún, éste arriba hasta la desembocadura de la quebrada Colombia, ésta arriba hasta ponerse en dirección, con las cuchillas de la Escalera, la Ceja y el Nudo, de éste a los nacimientos del río San Francisco, primer punto de partida.

C .Morfología y suelos

Morfología

El relieve del municipio está inscrito en el gran sistema andino, particularmente determinado por la constitución de las estribaciones de las cordilleras occidental y  central y más específicamente entre los ríos cauca desde la mitad de su recorrido hacia el occidente y el san francisco al oriente.

El relieve en general es quebrado, desde las riberas del rio cauca, a una altura aproximada de 800msnm, zona apta para la ganadería y los cultivos extensos, al igual que la mayoría de los terrenos planos que cruza el rio san francisco, desde su nacimiento en la estrella hidrográfica del parque natural el nudo a una altura de 2.100msnm, entre los municipios de Dosquebradas y Marsella.

Los límites con la capital del departamento están definidos por el terreno enmarcado entre el alto de la escalera y el corredor ambiental hacia el parque natural la nona, dentro del territorio de la zona de reserva forestal, se destacan allí además el Alto del Cestillo, La Convención y el Alto del Rayo, donde se incluye la montaña denominada La Ermita.

Suelos

De acuerdo a los estudios geológicos, los suelos del municipio están constituidos por residuos de origen volcánico especialmente influenciados por las emisiones del volcán nevado El Ruiz y se han catalogado como tierras sumamente fértiles pero frágiles, lo cual permite la variedad de cultivos, los cuales van desde las grandes extensiones ganaderas y cafeteras hasta las pequeñas parcelas diversificadas.

El suelo urbano está definido por el artículo 31 de ley 388 de 1.997 y se refiere a aquellas áreas que posibilitan el desarrollo urbanístico y que cuentan con la infraestructura vial y redes primarias de energía, acueducto y alcantarillado. Actualmente la cabecera municipal que delimita la zona urbana está enmarcada por el oriente hasta el sector que ocupara el barrio el paraíso y que ocupa la Hacienda Oriente, por el sur hasta los predios denominados Los Tanques, donde se encuentra la planta de tratamiento del acueducto municipal; por el occidente en terrenos de la vía panorama hasta encontrar la parte superior de los predios del barrio Buenos Aires y por el sur desde los terrenos que ocupa el Instituto Agrícola hasta San Luis en la salida hacia Pereira.

El suelo rural comprende los terrenos no aptos para urbanización por razones de oportunidad o por su destinación a usos agrícolas, ganaderos, forestales, de conservación, de explotación de recursos naturales y actividades análogas.

La zona rural está dividida en un corregimiento y 33 veredas. Todos estos aspectos son plasmados en el esquema de ordenamiento territorial que adopta el municipio.

 

d. Hidrografía

La red hidrográfica está comprendida por dos vertientes; la primera de ellas corresponde a las micro cuencas de las quebradas que alimentan el río Cauca; la segunda corresponde a las micro cuencas que nutren el río San Francisco.

El río San Francisco proviene de las estribaciones del Cerro El Chaquiro en la Serranía del Nudo y en su trayecto es el límite natural entre los departamentos de Risaralda y Caldas. En su recorrido recibe numerosos afluentes de tercer y segundo orden como son las quebradas Miracampo, El Socavón, El Matadero, La Ermita, La Borrasca, La Grecia, La Aguadita, San Andrés, El Zancudo, La Argentina, El Convenio, La Paloma, Colegurre, Valencia, La Oriental, El Kiosco, Alegrías, La Primaverita, La Leonera.

Una de las más importantes fuentes hídricas del municipio es la Quebrada La Nona que nace en la zona de reserva forestal aproximadamente a 2.050 msnm. En su recorrido capta aguas de submicrocuencas entre las que se destacan El Edén, Las Tazas, El Maní, La Argentina, El Zurrumbo, Buenos Aires, La Chillona, La Plancha, La Mina, La Sonora, La Nubia, Tacaloa y Corozal

La quebrada de La Nona tuvo en el pasado el caudal suficiente para hacer funcionar máquinas para moler caña, como fueron las de Emilio Sierra, Carlos Peláez, José Dolores Betancur, Alejandrino Ocampo, Jesús María Morales, Antonio Montoya y José Mejía H. En la quebrada de la Nona fue instalada la primera planta para energía eléctrica, que funcionó en el municipio, costeada por una compañía cafetera para hacer funcionar una trilladora de café. Se tomaba el agua de la Nona y se conducía por medio de una acequia hasta la parte más alta de la cuchilla de la Hermosa y con esta caída hacía funcionar la rueda pélton para producir la energía eléctrica.

En la quebrada Santa Teresa, había una fuente de agua salada que fue explotada en un tiempo, conocida con el nombre de Santo Tomás.

En el Río San Francisco se encontraba la otra fuente de agua salada, que también fue explotada y se conoció con el nombre de San Francisco. Esta sal, lo mismo que la de Santo Tomás, sólo era usada tanto para el ganado como para el consumo humano. Es de anotar que las dos fuentes de agua salada mencionadas no pudieron seguir siendo explotadas por la falta de maderas, puesto que estos hornos consumen leña día y noche, y así agotan los bosques muy pronto.

El primer acueducto metálico se construyó en el año 1914 y se tomaron las aguas de la quebrada la Julia. El mayordomo de Míster Cárter había traído el agua de la Julia por medio de una acequia para empezar el banqueo para el Templo Parroquial

e.Infraestructura

En general, todas las veredas tienen comunicación por carretera con la cabecera municipal, entre ellas, y con los municipios vecinos.

En cuanto a servicios públicos se cuenta con un moderno sistema de acueducto y alcantarillado que administran las Empresas Públicas Municipales “EMPUMAR” al lado del aseo y la disposición final de residuos sólidos.

El servicio de energía eléctrica es suministrado por la Central Hidroeléctrica de Caldas “CHEC”, tanto para la zona urbana como rural.

La Empresa Social del Estado “Hospital San José” ofrece los servicios de salud en la categoría de segundo nivel, proyectando sus actividades de promoción y prevención a todas las veredas y estableciendo en algunas los puestos de salud. A su lado se prestan otros servicios de salud en la zona urbana a través de consultorios médicos, odontológicos y laboratorio clínico. El municipio creó la Dirección Local de Salud como recurso de atención integral a la comunidad en donde sobresalen programas como familias en acción, atención al adulto mayor, madres cabeza de hogar, entre otros.

Otros servicios a la comunidad están representados por el Centro de Bienestar del anciano Doctor José María Correa, el cual lleva el nombre de uno de los más ilustres galenos que hubiesen llegado al municipio y quien por varias décadas fuera reconocido por la extraordinaria aceptación entre la población; los servicios religiosos se prestan por parte de la Parroquia La Inmaculada,  y el cementerio Jesús María Estrada. Igualmente se cuenta con una estación de policía nacional que depende de la sede ubicada en el municipio de Santa Rosa de Cabal, una oficina de Davivienda, con su respectivo cajero automático, una oficina del Banco Agrario, Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Cruz Roja y Defensa Civil con sedes propias, servicio de transporte público por parte de la Cooperativa de Transportadores de Marsella “ COOTRANSMAR”, de Líneas Pereiranas , suministro de carnes desde el pabellón ubicado en la galería central y otras famas particulares, servicios varios desde la plaza de mercado, incluyendo el mercadeo público.

  1. a.            División político- administrativa

Para mejorar la prestación de los servicios y asegurar la participación de la ciudadanía en el manejo de los asuntos públicos de carácter local, el municipio de Marsella se organiza en la zona rural en un corregimiento y 33 veredas:

El Corregimiento del Alto Cauca está integrado por las siguientes veredas: El Kiosco, El Pajuì, La Miranda, Buenavista y parte de La Armenia.

 

Veredas: Alto Cauca, La Miranda, Buenavista, El Pajuì, La Armenia, La Palma, La Linda, Beltrán, Corozal, Alta Mira, Milochenta, Caracas, La Argentina, El Guayabo, Estación Pereira, Las Tazas, La Nubia, La Oriental, La Popa, La Ceja, El Nivel, El Zurrumbo, El Rayo, Valencia, San Andrés, El Sinaí, El Nudo, San Carlos, Mangabonita, Cantadelicia, Miracampo, San José, El Kiosco.

Anexo al corregimiento del Alto Cauca se encuentra ubicado el resguardo indígena denominado Suratena y a las veredas Argentina y Caracas, el resguardo denominado Alto Mira.

 

Corregimiento Alto Cauca

  ORIGEN DE LA COMUNIDAD

Los primeros habitantes que llegaron al sector eran provenientes del Putumayo y Antioquia correspondiente a 2 familias de apellidos Ríos y Reyes. La primera conformada por 5 personas y la segunda por 6, con el transcurrir del tiempo fueron llegando otras familias del Cauca, Valle, Antioquia y Caldas.

  DATOS DE FUNDACIÓN

La fundación del corregimiento se remonta al año de 1.870 fecha en el cual llegaron las familias anteriormente mencionadas.

  ORIGEN DEL NOMBRE

Con base en La Monografía del Corregimiento Alto Cauca,de Juan Bautista Martínez, el primer nombre con que se conoció este territorio fue el Alto de Aranzázu, nombre dado por Francisco Silvestre en honor al municipio Caldense, por la abundante producción de oro que este le aportó a la corona española.

El segundo nombre fue el del Alto de la Arracacha y se debió a que el territorio producía gran cantidad del tubérculo (arracacha) en forma silvestre, la comunidad le puso como nombre Alto de la Arracacha. En 1903 los pocos habitantes deciden cambiarle el nombre por 2 razones fundamentales, primero porque el gentilicio de arracachos no les caía muy bien y el segundo porque la arracacha ya no se producía en las mismas cantidades y optan por llamarlo Alto Cauca, nombre con el cual se conoce en la actualidad.

 FUNDADORES Y PRIMEROS HABITANTES

Ya se advirtió que las primeras familias en establecerse en el sector fueron la familia Ríos y Reyes, pero los primeros habitantes fueron venidos de Rionegro y Sonsón principalmente, y fueron las familias de Don Remigio Díaz, Don Benjamín Zapata, Rafael Toro los que empezaron a poblar de la región.

CORREGIMIENTO ALTO CAUCA

Las primeras familias que se ubicaron allí fueron las primeras también en iniciar los cultivos agrícolas y una rudimentaria producción pecuaria, pues al no encontrar cultivos preestablecidos, en los primeros días debieron de consumir lo que la naturaleza a bien les brindaba: batata, tomate silvestre y arracacha, la producción agrícola se basó en cultivos de yuca, caña, maíz y fríjol.

Entre los primeros pobladores podemos mencionar a:

Don Remigio Díaz quien murió en 1940 de más de 100 años, Rafael Toro asesinado en la violencia (1.949), Don Benjamín  Zapata, padre de Don Jorge y abuelo de don Alberto Zapata.

La primera escuela fue fundada en 1902 por la profesora Eloísa Villa; en 1903 llegó la profesora Ofelia Suarez y juntas iniciaron labores con 22 niños; en 1916 Monseñor Jesús María Estrada funda la capilla del corregimiento, en ese mismo año Don León Gallego funda la escuela de varones en el lugar que ocupa hoy el Instituto Agrícola.

En 1940 se plantan las primeras semillas de café variedad arábigo, en el sector de Chaparral.

En 1942 se nombra a Don Rafael Pavas como el primer inspector de policía.

Población, grupos étnicos

Comunidad indígena Altomira.

La historia de la comunidad indígena de Altomira se remonta a los años setenta, la familia Cardona compra un predio en la actual vereda La Argentina y de allí comenzaron a llegar primos, hermanos, tíos y demás familiares a poblar el territorio adquirido. En esa época los blancos no veían con buenos ojos a los indígenas, se consideraban que los médicos tradicionales o jaibanas eran brujos que buscaban perjudicar a los campesinos de la región. Además de los cultivos que se hacían dentro del territorio, los Emberá de Altomira para subsistir comenzaron a trabajar en las fincas de los terratenientes.

Para los años ochenta surge un líder, quien asume la presidencia de “la junta perdida de tierra” cuyo objetivo se encaminaba a la recuperación de tierras que fueron posesionadas por los españoles durante la colonización y en ese entonces los indígenas se convirtieron en “mendigos en su propia tierra”. Se inicia la gestión ante la INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria) en la búsqueda de fondos para la adquisición de nuevas tierras que permitan una vida digna a los habitantes Emberá Chamí residentes en el sector.

Los años noventa permiten recordar un evento especialmente positivo para los integrantes del resguardo: la celebración del Benecuba en el año 1995, un ritual de armonización territorial que duro aproximadamente 8 días y todos los Emberá Chamí, radicados en estos territorios,aportaron y celebraron. En esta misma década, exactamente en 1998 gracias a Ramón Valencia y Omar Jesús Cardona adelantaron toda la recolección de información cultural, social, política y económica para ser reconocidos como Resguardo, siendo adjudicadas a ellos otros predios que compró el INCORA en pro de la supervivencia cultural.

De los años 2000 hasta el presente se han presenciado varios cambios positivos dentro del resguardo frente a las relaciones con los campesinos quienes asisten a algunos festejos que se realizan dentro del resguardo e invitan a conocidos blancos a participar en él. Estos eventos también contribuyen económicamente a crear fondos que sirvan para cubrir necesidades que tenga las familias dentro del resguardo.

Con respecto a la fauna presente en la región, aproximadamente caminando tres horas de camino, es posible hallar animales como la chucha, el gurre, culebras, chigüiro, camaleón, conejo silvestre, el guatín, lo que ellos denominan perro de monte, el mico, la tortuga y el pímpano que corresponde a una especie de tortuga grande. Con respecto a la pesca en las quebradas se encuentra la sabaleta, corroncho; en el río Cauca se encuentra el bagre barbudo, bocachico, viringa, perra (se le llama así por su similitud con el rostro de un canino), rompe canoa y mojarra.

Los Embera Chamí del resguardo poseen dentro de su territorio cuatro sitios sagrados: sitio sagrado La Chillona o Avibadado, ubicado en la cabecera de la quebrada La Nona. Sitio sagrado La Nona, sitio sagrado Santa Bárbara, ubicada en la cabecera de la quebrada la Hermosa y el sitio sagrado ubicado en  La Hermosa.

 

Comunidad indígena Suratena

Caso aparte es la situación que viven los indígenas Emberá Chamí ubicados en el resguardo  Suratena de Marsella en su calidad de emigrantes de varios municipios del departamento de Risaralda entre los que se encuentra Mistrató, Santuario y Quinchía; de este último son provenientes el 90% de la población de este resguardo. Algunos familias indígenas se establecieron en 1.970 en el sector de Tiroteos del municipio de Marsella, en una finca de aproximadamente 6 hectáreas  que lleva su nombre. El terreno había sido comprado a un pereirano, Gonzalo Arango por el indígena Vicente Guasarabe; Indígenas parientes de quien había adquirido la finca, empezaron a llegar a ella y así sucesivamente fueron instalándose otras familias unidas por lazos de parentela o compadrazgo.

Las razones que motivaron la afluencia de los indígenas al Municipio de Marsella fueron como algunos de ellos lo dicen, «buscábamos un mejor vivir, teniendo tierrita» y pensábamos que en Marsella había buenas posibilidades por la coyuntura económica que atravesaba el sector agrario con el café principalmente, además con los parientes la situación era más cálida por el apoyo que nos pudieran brindar.

Los más ancianos cuentan que en Quinchía tenían muchos problemas por la violencia y que a sus patrones dueños de fincas los amenazaban, teniendo éstos que vender sus propiedades y así quedaban sin trabajo a expensas de lo poco que resultaba para trabajar; por lo tanto, cuando se presentó el viaje para Marsella optaron por irse; nada perdían yéndose.

 

Situación Actual de los Indígenas

Según el censo de población actual la población total en Suratena es de aproximadamente 1.000 habitantes que componen 170 familias con un promedio de habitantes por familia de 7 personas; la población femenina equivale al 52.5% y la masculina al 47.5%.

La comunidad indígena desde su llegada a la vereda ha mantenido continuas relaciones con los habitantes del municipio de Marsella, derivadas de los vínculos laborales con los propietarios de las fincas en las cuales trabajan como jornaleros en oficios varios entre los cuales se destaca la recolección de café en época de cosecha, con la participación de padres e hijos en su beneficio.

El escaso terreno donde viven los indígenas sólo les permite la instalación de sus humildes viviendas y unas escasas huertas caseras poco diversificadas. no existiendo espacio físico para la siembra de cultivos de subsistencia como el denominado pan coger o la chacra; el aprovisionamiento de víveres especialmente granos, que es lo que más consumen ,se hace en Marsella, especialmente los fines de semana.

Todas estas relaciones sociales que necesariamente han debido establecer los indígenas en su nueva ubicación espacial con los habitantes del Municipio de Marsella han influido notablemente en la comunidad indígena donde ésta, en su proceso de adaptación y búsqueda de aprobación y aceptación por parte de la «cultura blanca» han incorporado a su cultura indígena nuevos componentes de la cultura occidental; como ha sido el caso concreto de la religión protestante, la música, vestido, entre otros.

Los modelos culturales de grupos humanos obligados al éxodo experimentan metamorfosis, hibridaciones, muchas veces auténticas mutaciones, que son la consecuencia de una doble necesidad: la de adaptarse a condiciones crónicamente nuevas e inestables, y la de hacerlo sin perder en ello del todo una cierta idea de continuidad y persistencia. Digamos que es como si se quisiese congelar el momento mismo del tránsito, aquél en que el grupo inmigrante se vería a sí mismo como felizmente atrapado entre dos culturas la de origen y la receptora, sin necesidad de elegir todavía de forma definitiva su adscripción étnica a una u otra y manteniéndose en un territorio ambiguo y fronterizo que les permitiría, en la práctica, sentirse sin contradicción dos o más cosas distintas al mismo tiempo.

De hecho tal operación implicaría en la práctica devenir protagonista crónico de un estado parecido al de la fase liminal de los pasajes rituales, aquella que, parafraseando a Turner en su análisis sobre los ritos de paso, coloca al iniciado en una situación en la que «no es ni una cosa ni otra» (Turner 1.980), de lo que resulta al mismo tiempo la posibilidad misma de ser ambas cosas a la vez.

En su calidad de jornaleros los indígenas están al vaivén de la situación del agro; en los momentos actuales en que este sector de la economía pasa por momentos difíciles, el indígena es suspendido de sus labores hasta nueva orden. La inestabilidad del agro y la carencia de tierra por los indígenas, mantiene la situación de la comunidad indígena en condiciones infrahumanas donde las penurias son el diario de cada día.

Hasta el momento se han dado algunas propuestas a la solución de la falta de tierra para la comunidad como han sido:

 La posible reubicación de los Indígenas de Suratena en la vereda de Caracas.

El comprar tierras en el Alto Cauca: La Siria, que está dividida en 3 sectores: alta, media y baja; La Unión, La Esperanza, Curubital. Agregando a estos datos la construcción de las nuevas viviendas  en material denominadas  Jedako De y las viviendas en guadua y madera denominadas Umada De.

LOS NOMBRES DE NUESTRAS CALLES  Y OTROS SITIOS LOCALES

Por Diego Franco Valencia, para “Marsella al Día”

Para los pobladores del Marsella de hoy existen nombres de ciertos sitios que no revisten ningún significado. Es más, poco se preocupan por saber la razón del nombre dado a algunos lugares y calles que, a fuerza de prevalecer en el tiempo, han soportado cambios amañados o caprichosos pero que históricamente, significaron algo para los viejos pobladores o diseñadores del entorno urbanístico y hasta para los gobernan­tes.

Empecemos entonces por la plaza principal. Siempre se ha llamado Plaza de Bolívar, desde que don Juan Pío Ocampo, uno de los primeros ciudadanos del lugar, dirigió los banqueos, en el mismo sitio donde don Pedro Pineda llegó con su familia para fundar el pueblo. Era la colina principal, con buena divisa, sitio protegido de los vientos del rio San Francisco y del rio Cauca que abanicaban las colinas del Sinai y Mil Ochenta. Bolívar era nuestro «libertador’ y así, pueblo paisa que se respete tiene bautizado su lugar central con el nombre del prócer. Después se hizo allí el parque, «la antesala del pueblo» como solía llamarse al lugar, obra iniciada en 1916 y concluida hacia 1918. El sitio merecía un nombre y cuál otro mejor que el de «La Pola», una de las mártires de la revolución comunera, cuyo nombre de pila era Policarpa Salavarrieta. Así, dos próceres eran recordados con honor, en sitios claves urbanos. Miremos a la colina occidental .Qué mejor nombre que «Sinai», colina tutelar de un pueblo cristiano, cuyo nombre emulaba el lugar donde Moisés, hace más de tres mil años, recibió las «Tablas de la Ley» .A un lado Mil Ochenta, finca comprada hacia 1910 por Gregorio Ramírez, en la suma de mil ochenta pesos, incluidos los gastos de escrituración Más abajo. San Vicente, barrio construido por Monseñor Estrada hacia 1940 para albergar familias pobres. San Vicente de Paúl es el patrono de la caridad y apóstol de los desvali­dos. En el asiento, el pueblo pequeño, de escasas calles que, algún día, tuvieron nombres como Sucre, Paez, Zea, José María Córdova, Ricaurte, etc. «Alto Cielo», es la otra colina que hace terrenal el lugar a donde todos llegaremos si «nos portamos bien en esta vida». Estas calles de Dios sí que han disfrutado de nombres coloquiales y pintorescos :»La Calle Real», que no tiene sino dos cuadras, remeda el nombre de las calles principales de los poblados construidos en época de la colonia; nombre remedado por los paisas, para aplicarlo a la calle principal o «calle del comercio». Por aquí no ha pasado ningún rey» que yo conozca,al menos aquellos «pequeños reyes» que. a veces, se pavonean para atraer los encantos femeninos o para demostrar su poderío en carros de último modelo y en finas bestias, que más tarde serán simples «chatarras» o «gomosos», sin veterina­rios que los salve «La vanidad de nada sirve», aseguraba mi abuelo, cuando refería esta frase de filósofo marrón, emulador de Séneca y de Diógenes. De la calle real, se sabe que en sus inicios, se llamó Calle de Marmato, cuando era poblada por mineros seguramente provenien­tes de este pueblo caldense y que habitaban en pequeñas casas de techos de paja. 

La Calle de Chapinero, a la que ya hemos hecho alusión del nombre dado por el ex alcalde Juan Pió Ocampo, algún día se denominó «Calle del Gus, (un gus no es más que un gallinazo). En otrora fue lugar de basuras y de escombros y esos gualos eran la fauna propia del sitio La calle trasera de la iglesia (hoy calle 19) se llamó «calle del Canal ‘, gracias a que al concluir su apertura, hacia inicios de los años 1900, permitió canalizar las aguas lluvias para que no dañaran los trabajos iniciales de la plaza principal. Por allí se bajaba hacia la «calle Sacatín» o de la Pelona» que va por el frente del Instituto Estrada hacia el Barrio Buenos Aires (por estos lares siempre ha soplado sabroso y dicen que a quienes se establecen por la zona, «buenos aires los cobijan»). Lo de «Sacatín», porque allí hubo un establecimiento donde se producía, clandestinamente, aguardiente. Era el «chirrincho» de los años 30. Lo de «la pelona», se lo dejo a los curiosos para que lo averigüen. «La Calle de la Pista», se extiende desde el hospital hasta el cementerio. Era la pista de carreras de caballos, extinguidas hacia los años setenta del siglo pasado, donde surgieron figuras como Omar Vélez. Luis Eduardo Gómez (Cantarína), Jairo Luna, Evaristo Arango. Rodrigo y Duber Gómez (Papiniano), N. Cataño, «Bimbarita», y otros muchachos jinetes.La Pista era el hipódromo y los personajes mencionados, para ser más refinados, fueron los «jockeys» de la aldea. La calle del Congal (bordeada de matas de congo, materia prima para envolver los tamales), marcaba la salida por el camino real hacia Manizales ,hoy «el Paraíso» y la «calle Carangal comunicaba a «Hoyo Frío» con la zona de la Virgen, en la salida hacia Pereira, hasta las cercanías de San Luis, camino obligado hacia Palermo y las Tazas. Hoyo frió se comunicaba con la plaza por «la Calle de la Agonía», hoy convertida en peatonal cultural. «La calle de Ña Ramona», que pasaba por la quebrada donde lavaba ropa Doña Ramona Londoño, unía la «Plazuela», con la calle larga de «La Rioja», sitio de cantinas y cafetines, donde parroquianos y visitantes se tomaban los últimos tragos, después de bajar del «Morro», antes de llegar a casa o de emprender el camino hacia Manizales. Todo ello, después de haber disfrutado de un «pueblo encantador», habitado por gente amable, hospitalaria y conversadora. Una aldea simple y encantadora, enmarcada por unas calles pobladas de recuerdos y de nombres pintorescos

 NOMBRES DE BARRIOS Y SECTORES DEL MUNICIPIO.

 

 

Aurora I

Aurora II

Bosques de la Aurora.

La Pista.

Matadero Viejo.

La Carmela.

La Laguna.

La Rioja.

Galán.

Buenos Aires.

Estrada.

El Porvenir.

Milancito

Ciudadela Popular.

Hoyo Frío

Bolívar.

San Vicente.

Sucre.

Centro.

Villa Rica.

Jardín.

Constructores.

Guaduales de San Vicente.

Atrancaderos

Alto Cielo

El Morro

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