VÍAS DE COMUNICACIÓN

La carretera entre Marsella y Chinchiná facilitó al comienzo el comercio con la ciudad de Manizales y con municipios como Santa Rosa de cabal.

Hacia la década del año 1.930 se traza la carretera que uniría a Marsella con Pereira y aunque se siguieron alternando las actividades económicas derivadas del transporte, su pavimentación y las obras aledañas facilitaron el desplazamiento de la población en procura de satisfacer las necesidades relacionadas con la educación, el comercio, la recreación y la interconexión con los departamentos vecinos y el país en general.

El municipio está conectado con Pereira a través de una carretera pavimentada en una extensión de 27 kilómetros y con Chinchiná en el departamento de Caldas en una extensión de 26 kilómetros con una vía con pequeños trayectos sin pavimentar. De igual manera el municipio se comunica por vía carreteable con los municipios de Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal.

La coordinación entre la administración municipal y departamental, logró poner en funcionamiento una vía en excelentes condiciones hacia el corregimiento Alto Cauca, convirtiéndola en un atractivo más para el turismo rural.

En general, todas las veredas tienen comunicación por carretera con la cabecera municipal, entre ellas, y con los municipios vecinos.

La conectividad digital y la modernización de los elementos tecnológicos en general, forman parte de la vida en común de la ciudadanía en todas las edades, tanto en la zona urbana como rural.

 

Teniendo en cuenta que esta vía fue la primera carretera intermunicipal, es importante señalar que las actividades comerciales principales se establecieron con el municipio de Chinchiná y en gran medida con la actual capital del departamento de Caldas, al cual pertenecimos hasta el año 1.967.

 

Las tradicionales chivas o buses escalera, recorrían los 26 kilómetros en un viaje que de acuerdo a las condiciones físicas de la carretera, la disponibilidad de los usuarios, el estado del vehículo y la pericia del conductor y su siempre dispuesto ayudante (pato) y la carga que no faltaba, podría tardarse  entre 2 y 3 horas, cuando mejor nos iba.

 

Saliendo desde el parque principal, la galería u otros sitios de abordaje, pasábamos por Milancito, Los Zapotes, El Crucero ( La María), El puente sobre la quebrada El Matadero, San José, La Tolda, normalmente con mucha carga que salía del Salado y La Pedrera  para transportar, desde y hacia El Río, El Trébol, La Estrella, La Floresta ( El Congal), Palestina, El Lago. De allí en adelante, aunque los trayectos eran más amplios, nos esperaba un largo periplo por el sector de La Siria, hasta Manizales.

Recorrer las vías que comunican el municipio con sus vecinos, sus veredas y entre los diversos sectores que conforman la geografía rural, no solo es motivo de los más placenteros y entretenidos  viajes, sino también de la posibilidad de compartir historias, experiencias personales, familiares o de grupos de amigos y de crear lazos de unión hacia la proyección de actividades lúdicas, de recreación, de esparcimiento y de afianzamiento de nuestra identidad, sentido de pertenencia y de la defensa, a veces con carácter, de las bondades ilimitadas que ofrece la constitución morfológica del territorio y los innumerables retos que tuvieron que afrontar los pioneros de su construcción, su uso cotidiano y su mantenimiento, sin dejar de lado la designación con nombres, muchas veces atrevidos de las paradas obligatorias más comunes en su recorrido.

Al abordar el transporte público, desde la zona urbana hacia la capital del departamento de Risaralda, a través de las 273 curvas, según algunos datos curiosos, en un recorrido de aproximadamente 30 kilómetros, nos encontramos con Rascaderal, El Nivel, San Luis, Fonda de Cigarrillos, Córcega, Tony Puro, Ventiaderos, El Zurrumbo, La Batea, La Nona, Cajamarca, La Argelia, El Alto del Cestillo, La Plancha, EL Placer, San Roque (un amplio sector entre tres veredas), El Campamento, La Oriental, La Escalera, La Bodega, Combia, El Placer (Pereira), Oriente, La Balastrera, Otún, Turín. Estos sitios como las más tradicionales de las paradas, es decir el lugar donde se deja o recoge el pasajero.

Hoy muchos sitios han desaparecido y otros han surgido, de acuerdo a las necesidades, expectativas e intereses de las comunidades

Este recorrido hacia el único corregimiento del municipio, ha estado pleno de cuentos, leyendas, historias familiares y de toda clase de comentarios sobre los predios, sectores, servicios disponibles y de actos a veces desenfrenados por la posesión o el paso de los caminos vecinales o de las rutas obligadas de las recuas de bueyes o bestias de carga, antes y después de que se construyera oficialmente la carretera, que en muchos casos tuvo que soportar la influencia de las fuerzas políticas del momento y el peso económico de algunos propietarios, durante su trayecto de aproximadamente 7 kilómetros.

En la salida nos encontramos con El Tenduche, en predios cercanos a La Cumbre o El Morro ( Zona de Tolerancia), tomamos el camino hacia La Aurora, El Silencio, Siracusa, El Topacio, Monteoscuro, La Palma, El Alto del Tominejo, La Fonda, El Calvario, La Ondina (La Mica), La Falda del Berraco, El Pajuí; La Capilla, Alto de Aranzazu, seguimos hacia Buenavista o La Cabaña, La Miranda o El Purgatorio, de acuerdo a las necesidades de los transeúntes.

Estas notas no tienen otro objetivo que el reconocernos, aunque sea de una manera muy aproximada, en el entorno donde se han desarrollado las anteriores generaciones y algunos de sus descendientes, con sus actividades sociales, políticas, económicas, religiosas o culturales en general.

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