FLORES Y FOLLAJES

Fotografía: Destino Café. Tomado de LA TARDE
Domingo 09 de Junio de 2013 – 02:07 AM

Flores y follajes: De una finca en Marsella… a los Emiratos Árabes Unidos Unidos

SEPTIMO DIA/LA TARDE

El sueño de Julián Andrés Pérez de convertirse en un gran ingeniero aeronáutico en los Estados Unidos se transformó, por cosas del destino, en otro tipo de ilusión. En una ilusión con nombre propio que sus padres comenzaron a mostrarle como el verdadero rumbo de su vida, la Finca “La Ilusión” de Marsella, Risaralda, que hoy es el orgullo de toda la familia, pues en ella cultivó desde hace muchos años doña María del Socorro Betancur, madre de Julián, los sueños que hoy, con orgullo, permiten promocionar a Colombia en el concierto nacional e internacional.

Y es que La Ilusión no es solo famosa en los Estados Unidos, donde reside Julián desde hace varios años, sino en el Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania  y los Emiratos Árabes Unidos con su imponente y desbordada capital del lujo y la riqueza, Dubai.

Todo lo anterior, porque precisamente el mercado de esas naciones ha sido conquistado por las flores y follajes, que con especial cuidado y esmero, se cultivan desde hace diez años en el predio de cinco hectáreas de extensión que la familia Pérez tiene desde hace más de tres décadas en la parte alta del denominado municipio verde. Desde allí, los amantes de la fotografía han logrado capturar las más hermosas postales de esta emblemática población enclavada en el Paisaje Cafetero Colombiano, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Según Julián Andrés, la idea de cultivar las flores y follajes que hoy se exportan, surgió por la vocación de su madre al arte de la decoración.  “Ella las cultivaba. Hacía adornos y los regalaba o se los vendía a sus amigas para banquetes o reuniones. Tenían una excelente acogida por su presentación y calidad hasta el punto que un día se le ocurrió llevarlas a Pereira, donde el éxito fue mayor. Más adelante, en una visita que en compañía de mi padre Javier Pérez, hicimos a Nueva York se nos ocurrió visitar el mercado floral en la zona de Manhattan y nos dimos cuenta que las posibilidades de venta allí eran muy favorables.

Mi papá, consciente de esto, regresó a Colombia y aumentó el cultivo. Yo  me quedé estudiando en los Estados Unidos. Un día mi padre me llamó y sugirió que buscara contactos allí para ampliar el mercado. Tuve la fortuna de contactarme con una amiga de Miami que conocía muy bien el proceso de importación de follajes y nos consiguió una cita con una empresa de exportación de flores con sede en Bogotá.  Mi padre se le presentó y le ofreció 20 mil tallitos.  El señor de manera muy amable le dijo que su producción de follajes era muy incipiente para el mercado norteamericano. Que volviera cuando tuviera por lo menos dos millones de follajes para exportar.  Mi papá, muy inquieto se fue para la finca, sembró dos millones de hojas y a los 18 meses volvió donde el empresario, quien le aprobó el primer envío para el mercado norteamericano.

Ese primer envío, relata Julián, lo motivaron a él y a su esposa para comenzar a buscar nuevos clientes en el exterior, exportar el producto directamente y ahorrar los máximos costos posibles en este proceso que requiere para su éxito de tres elementos fundamentales: cumplimiento, calidad y responsabilidad.

Revela  que no todo ha sido color de rosa con la producción de flores y follajes La Ilusión, pues hace algunos meses, a raíz de la lluvia de ceniza producida por la nueva activación del volcán Arenas del Nevado del Ruíz, estuvieron a punto de la quiebra, pues el cultivo se vio seriamente afectado, lo cual obligó a cancelar millonarios negocios con el Canadá.

Contrario a lo anterior, dice que la mayor satisfacción es poder ver como los jeques árabes de Dubai, vienen decorando  con tallos y flores de La Ilusión sus principales recintos para actividades sociales. Como dato curioso, comenta que por las exigencias y extravagancias de los dirigentes y habitantes de  esa alejada nación, se han visto en la obligación de mandar envíos tan pequeños como de 12 flores, sinimportar el alto costo que representa para los compradores.

CULTIVO Y EMPLEOS
La finca La Ilusión genera de 13 a 20 empleos directos, dependiendo la temporada. En picos altos como las celebraciones de San Valentino, día de las madres y  finales de septiembre y comienzos de octubre, puede contratar hasta 30 trabajadores, la mayoría de ellos madres cabezas de hogar.
El producto estrella de exportación de La Ilusión es el follaje LilyGrass en tres de tipos de variedad. También se exportan cordelines, linos, pandanos y liriopes, entre otros.

Según Pérez, el proceso de certificación para la exportación de flores y follajes no es complicado, pero sí dispendioso y demorado. Destaca el excelente acompañamiento del ICA en esta labor y el papel que cumplen las sociedades de intermediación aduanera y las cargueras para la elaboración de registros con ellos y con la Dian.

En la región del Eje Cafetero son por lo menos seis las empresas exportadoras de flores y follajes que tienen  certificado para exportar. La totalidad hace parte de Asocolflores.

El volumen de exportación de la finca La Ilusión de Marsella, alcanza este año unas 600 cajas por mes,  enviadas de manera directa a los mercados de Estados Unidos,  Canadá y Dubai, y través  de terceros,  a Inglaterra, Francia y Alemania.

El precio de cada uno de los follajes oscila entre los 5 y 8 dólares, pero varía dependiendo del volumen de los pedidos, constituyéndose en un negocio bastante rentable para los productores.

Proexport, a través de ruedas de negocio,  ha sido fundamental en la colocación del producto en naciones como Canadá que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los mayores consumidores de follajes colombianos.

El mercado interno colombiano ha sido también excelente para comercialización de las flores y follajes La Ilusión, gracias a la calidad de las mismas.

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TEXTOS: FABIO CASTAÑO MOLINA FOTOGRAFIAS: DESTINO CAFÉ.
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