REINADO DE GALLINAS EN LA ORIENTAL

Reinado de gallinas la sensación en Marsella
 

¡Que las gallinas solo sirven para el sancocho!, eso está mandado a recoger. Ellas también tienen glamour en pasarela. Crónica de un reinado pasado de picos y plumas. 

Rubén Darío Varela
El Diario del Otún

Muy pinchadas con el pico refregado de colorete, las uñas pintadas con esmalte y sus plumas bien adornadas con vestidos de todos los colores y las tendencias, fue la forma como las candidatas descrestaron al jurado y los asistentes al Reinado de la Gallina Campesina, que tuvo lugar este fin de semana en la vereda La Oriental en el marco de la celebración de los 152 años del municipio de  Marsella.

Eso sí, tendencias para todos los gustos, algunas candidatas aprovecharon sus atributos de belleza y lucieron joyas, aretes, finas pulseras en sus patas y vestidos coloridos de gala como “Miss Calzones”, la gallina que descrestó en el desfile de carrozas a más de uno con un fino vestido de celofán naranja, un collar de perlas blanco y una corona que según su dueño era del mismo diseño de la Reina Isabel.

Otras aspirantes fueron más osadas y salieron al desfile en paños menores para ser merecedoras de más de un piropo. Por ejemplo la gallina “Bella”, que lució unos brasieres plateados con un diseño sensual que descolgaba en una larga y adornada tela blanca que incluso era sostenida por seis asistentes. Otras gallinas fueron más recatadas y  desfilaron con trajes sencillos pero sin perder el glamour, como por ejemplo Pepita, la gallina disfrazada de campesina que combinó su vestido rojo desde el pico hasta las patas.

El desfile

Faltaban pocas horas para que empezara el desfile de carrozas y algunas candidatas desde temprano empezaron a ponerle picante a la fiesta, como «Bella», la gallina de los brasieres plateados que andaba “revoloteando” en las calles y que como toda una dama contaba con la asistencia de Ana María, Sofía, Daniela, Nataly y Katherin, un grupo de niñas vestidas de los mismos colores que su gallina  y que se esmeraban  por organizar tan mínimo detalle de su vestimenta.

Otra candidata que definitivamente se robó el show fue Chabelina, la gallina disfrazada de campesina que tenía el orgullo de tener un buen número de seguidores. Se trataba de la consentida de “Cielina”, una alegre mujer típica campesina que con un vestido verde de chapolera se la pasaba contando la copla, “Soy Cielina, la dueña de Chabelina”, y quien no dudó en conseguirse cuatro huevos rojos, dos plátanos, una yuca, un tomate y un pequeño bulto de café para adornar la carroza de su “chabelina”.

La hora del desfile  había llegado y con  tarros de arena, ollas, pitos, flautas  y hasta los molinillos para batir el chocolate,  los  acompañantes de Cielina, la dueña de la «Chabelina» le pusieron el toque mágico a los momentos previos del desfile.

La hora de saber quien era la que había llegado y así como variaron los trajes, los accesorios y la forma de adornar las patas y los picos en las candidatas, también las carrozas que trasladaban las gallinas fueron bien diversos.

Mejor dicho había para todos los gustos y para todos los estilos de acuerdo con las candidatas. Por decir algo, «Mis Calzones» prefirió salir a desfilar en una carroza muy particular, un vehículo adornado con papel celofán y llantas de juguete que  contrastaba con su elegancia, y por supuesto con la música que se escuchaba de fondo, un reguetón que hizo mover el esqueleto a más de uno.

Otras carrozas por ejemplo le rendían culto al campo, como la de Guadalupe que durante todo el desfile exhibió sus atributos campesinos en un corral rojo con blanco.

Lo único cierto es que en el recorrido, ninguna candidata pasó desapercibida, en especial, Policarpa, la gallina «coronel», que de principio a fin se robó el show, y no precisamente por tener el pico refregado de colorete como las demás o por usar finos trajes de gala; lo que llamó la atención de Policarpa fue su traje de coronel incluso marcado con su nombre, la seguridad con la que desfilaba y la osada que fue al pasearse por las calles de la vereda La Oriental, con «Rogelio», el gallo preso que desfiló así fuera encerrado en su jaula.

Coronación
Después de llegar del desfile, llegaba la hora de la prueba de fuego, desfilar en pasarela ante el jurado con su comparsa y convencerlos de su belleza.

 La primera candidata en pasar al frente fue, «Bella», que en las manos de Wilson exhibió sus brasieres plateados y aunque es cierto que en pasarela tubo una caída, fue lo suficientemente profesional y salió adelante. Una a una fueron pasando ante el exigente jurado y aunque la mayoría de ellas se llevaron más de un piropo, al final la corona se la llevó Policarpa.

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