MONSEÑOR JESÚS MARÍA, ENTREVISTA

Entrevista al sacerdote Jesús María Estrada.

Tomado de Marsella: periodismo e historia

De Gilberto López Ángel

Publicado en “ El Pregón” en el año 1.947

En la edición N°15, los directores del periódico Néstor Salazar R y Guillermo Uribe H., entrevistaron al sacerdote Jesús María Estrada al cumplir éste 43 años en el ministerio sacerdotal. La charla apuntó a la memoria de sus obras espirituales y materiales como párroco. Palabras que trascribo textualmente en sus apartes más importantes.

«La plaza no era más que el reducido espacio de la esquina de la casa de Manuel Vásquez y la Calle Real, en ese momento Calle Marmato, llamada así por las peleas que allí habían casi todos los días. Se extendía apenas hasta la esquina de la casa de don Pedro Echeverry. A lado y lado de lo que ahora, mirando hacia las lomas, uno que otro rancho y dos o tres casas de teja, la de don Urbano Hoyos, la de don Nicasio López, la Casa Cural era la casa que ocupa hoy la familia Peláez y que, además, era la escuela de niñas».

«No se había empezado más banqueo de consideración que el de despeje del lote que ocupa la iglesia actualmente, y de la magnitud de este ‘trabajito’ solo puede dar idea el altísimo barranco que hay atrás de la iglesia, por donde pasa la Calle del canal, llamada así por el profundo zanjón que allí se abrió con la ayuda del agua que hubo que traer desde La Liberia y El chiflón»

«Sin más fuentes para tomar agua que la de El Gallinazo y El chiflón, empezó la tarea de traerla a la incipiente población, por los más rudimentarios medios. Primero, guadua y luego algo más moderno, tubería de barro contratada, si mal no estoy con Miguel Cadavid, por don Jesús María Bedoya. Vino luego la tubería metálica que, junto con la hermosa pila, pedí a Amberes con la decidida ayuda de Camilo Uribe, como presidente del Concejo. La traída de la pilas costó, desde Mariquita, la buena cantidad de doscientos cincuenta pesos que se pagaron a un arriero Manizaleño, de apellidos Ángel Echeverry».

«Se construyó la Casa Cural en el lote que hoy ocupa; se empezó en 1907. Luego, el convento de las reverendas madres Bethlemitas, para lo cual se utilizó un lote comprado a don Liborio Caro. La comunidad vino con anticipación y se hospedó en los bajos de la Casa Cural»

«Los trabajos de la plaza son una verdadera hazaña del esfuerzo mancomunado de la ciudad, en* convites en los qijg asistió gente de remotas veredas que, como las del Alto Caúca y Las Tazas, se unieron a los habitantes del área urbana para la titánica empresa.

Las mujeres hacían de comer mientras los hombres trabajaban. Como hecho simpático que aún conservo en la memoria de esos días de intenso ajetreo, recuerdo que uno del os hombres que trabajaba en el banqueo, a quien se le conocía más nombre que el apodo «El Piojo» se robó una paila. El banqueo que este señor hizo fue bautizado con el remoquete de «La plaza del piojo».

«En 1920 se dio al servicio la primera iglesia en el lote que hoy ocupa. Ya estaba trabajándose también en el moderno Cementerio, que hoy es uno ae los más bellos del país. Quedó en una falda por un accidente imprevisto. Ai abrir la calle que habría de dar acceso a él, la manga plana que se había comprado precisamente para hacer allí el cementerio, quedó al lado de abajo. El padre al hablar del cementerio, del hermoso Cementerio de Marsella, consagra su devoto recuerdo agradecido para Don Julio Cesar Vélez, Toñito Flores, el maestro Rojas y el señor Polanco, apóstol de esta obra el primero, y excelentes cooperadores los últimos».

«Aquí han florecido y rendido buenos frutos y vastas empresas de la inteligencia tuteladas por hombres capacitados, cultos e inteligentes que, desafortunadamente, han muerto o han dejado la ciudad rumbo a otras tierras».

«En 1910 don Ramón Zafra R. inauguró la Biblioteca Parroquial, que ha sido desde su apertura un centro de difusión espiritual, en el cual se ha despertado pasión por la lectura, hasta en las más lejanas veredas de Marsella».

«No hemos sido ajenos a la actividad teatral. Tuvimos un excelente salón dramático integrado, entre otros, por José Flores, Benicio Henao, Alcibíades y Temístocles botero, Julio Vélez, Luis Álvarez, Vicente López. Distinguidas damas formaron compañía tan buena, que una vez hicieron una gira con mucho éxito»

«Colegio de segunda enseñanza, tuvimos por mucho tiempo. Lo dirigieron pedagogos tan distinguidos como D. Benigno Cardona, D. Manuel Duque Z, D. Genaro Bueno, D. Miguel A. Villegas, D. Pedro Gallo, un señor Zapata, y D. Jesús Giraldo. En él recibieron la primera educación efectiva, Carlos Arturo Gü, Camilo Restrepo, Amoldo Tabares y otros muchachos que han triunfado ampliamente en varias ciudades del país».

«Todas esta cosas fueron posibles por la estrecha cooperación sin prejuicios políticos ni personales, ni de grupo, que aportaron fraternalmente hombres como Ramón Zafra, Ramón Ramírez, Manuel Vásquez, Nicasio López, Julio Vélez, Julio Duque, Camilo Duque y tantos varones ilustres que conjugaron sus esfuerzos para todas las nobles empresas de mejoramiento de esta noble ciudad».

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